El cortometraje «Flat love» de Andrés Sanz premio ALMA al «Mejor Guión» en el Festival de Cine de Aguilar de Campoo.

Yanindara, de Lluís Quílez, se impone como mejor cortometraje nacional. En el resto de secciones han ganado los cortos mexicanos La curiosa conquista del Ampere yCarretera del Norte, y los franceses Phone Zapping y The Man Who Slept.

La gala de clausura hizo entrega del premio Aguila de Oro de honor al cineasta y presidente de la Academia de Cine Alex de la Iglesia. Han competido en el XXI Festival de Cortometrajes de Aguilar de Campoo 66 trabajos, seleccionados entre los más de 530 recibidos durante la convocatoria, repartidos en cuatro diferentes secciones. El jurado oficial, formado por los guionistas y directores Alfonso S. Suárez (miembro de la junta directiva de A.L.M.A.) y Mercedes Gaspar, la actriz Lluvia Rojo, el compositor Fernando Velázquez, el productor y asesor de festivales Francisco Jiménez, y el profesor Miguel Lorenzo, le otorgó el premio al mejor trabajo a Yanindara, de Lluís Quílez, que retrata la vida de una joven gitana que tiene poderes curativos dentro de un poblado de inmigrantes rumanos. Esta misma obra se llevó el premio a la mejor dirección de fotografía (Isaac Vila).

El mismo jurado galardonó a Lala, de Esteban Crespo, con los premios al mejor cortometraje de Castilla y León y al mejor director; a La rubia de Pinos Puente, de Vicente Villanueva, con los de mejor actriz, Carmen Ruiz, y mejor actor revelación, Font García; a La historia de siempre, de José Luis Montesinos, con el de mejor actor, Miguel Angel Jenner; aEncuentro, de Nick Igea, con el de mejor actriz revelación, Mar del Hoyo; a Flat Love, de Andrés Sanz, con el de A.L.M.A al mejor guión, obra del director; y a Dirty Martini, de Iban del Campo, con el de mejor montaje, obra del director y de Unai Guerra.
Los premios al mejor cortometraje y al mejor corto de Castilla y León consistían en un trofeo Galleta Gullón de Oro, y los demás, en un trofeo Aguila de Oro, a excepción de los premios revelación, que consistían en videobooks profesionales. Ninguno de los reconocimientos tenía dotación económica, ya que todos los seleccionados ya habían recibido sólo por el hecho de serlo 1.000 euros.