La clave para ganar el premio Goya al mejor guión es lograr que la historia emocione
Los nominados a los Premios Goya en las categorías de mejor guión original y mejor guión adaptado han mantenido esta mañana un encuentro con profesionales del sector y medios de comunicación en el que han puesto en valor el proceso creativo y la importancia del guión en los largometrajes seleccionados para alzarse con el galardón más prestigioso de la industria cinematográfica de España.
Este encuentro, organizado por el Sindicato de Guionistas de España ALMA en colaboración con la Academia de Cine, arrancó con una primera mesa en la que han participado Fernando León de Aranoa (El buen patrón), Iciar Bollaín (Maixabel), Clara Roquet (Libertad) y Juanjo Giménez Peña y Pere Altimira (Tres).
El guionista y director de El buen patrón, Fernando León de Aranoa resaltó que la clave para alzarse con un premio Goya es “lograr que ese guión, que esa historia, emocione”, una afirmación compartida por el resto de los participantes.
León de Aranoa explicó que El buen patrón parte de una historia real. A través de su protagonista, analiza el abuso laboral y la intromisión en la vida personal de los trabajadores, pero con toques de humor para lograr combinar el drama, la comedia y la sátira. “La película denuncia un mercado laboral donde todo está arruinado y precarizado, y esta historia me daba la oportunidad de contar esa parte”.
A la hora de abordar la escritura de sus películas resaltó que “me resulta muy útil escribir las escenas principales de la trama y monólogos de mis personajes para saber cómo piensan y cómo hablan”. Y añadió que “en mis primeras películas le daba más importancia a la trama, ahora trabajo más los personajes y que sean ellos los que la generan. En ese sentido, mi película se articula en torno al personaje de Blanco.”
León de Aranoa aseguró que le gusta disociar la labor del guionista y del director. “No pienso en actores cuando trabajo, creo que es un error que escribas para alguien porque puedes condicionarlo a cosas que ya has visto que hace ese actor o actriz”.
Por su parte, Clara Roquet relató que su película nace de un cortometraje, “es como un flashback del corto Adiós. Para mí la escritura del guión de Libertad ha sido un camino largo.”
Puso en valor el trabajo, la escaleta y una estructura clara a la hora de crear la historia y el guión. “Mi método es muy expansivo, pruebo muchas opciones distintas y hago muchas escaletas. Necesito escribir escenas centrales y a partir de ahí, estructuro el resto. Algunas de esas escenas luego no aparecen, pero es el germen que utilizo. Mi clave es hacer muchas versiones” – explicó.
Respecto a la presencia e influencia de las mujeres en la industria, manifestó que “no creo en el cine de mujeres para mujeres, todos podemos crear historias de hombres y mujeres”.
Icíar Bollaín explicó que Maixabel es una propuesta de los productores que, tras varios años de insistencia, lograron llevarla a cabo. “Isabel (Campo) y yo fuimos a conocer a Maixabel Lasa y fue un flechazo a tres. Hablamos con víctimas, conocimos a la familia y a muchas personas implicadas para poder hacer la historia desde todos los ángulos posibles. A raíz de estos encuentros, la película se convirtió en dos historias que van en paralelo.
Ante lo polémico del tema, Bollaín confesó que “pensábamos que íbamos a ir por un campo de minas y teníamos miedo, pero merecía la pena entender ese camino. No obstante, no ha habido críticas, todo lo contrario. Las historias no ocurren como te convienen para escribirlas. En este caso, respetamos cómo sucedieron los hechos y hay muy pocas licencias a la ficción”.
Respecto a su método de trabajo explicó que ella suele trabajar siempre en equipo y llevar la voz cantante en la escritura del guión, pero que este caso concreto es diferente porque “yo investigo y otra lleva el peso de la escritura”.
Los nominados por la película Tres, Juanjo Giménez Peña y Pere Altimira explicaron que en su origen, eran tres historias cortas y terminaron suprimiendo dos. Un reto importante del guión era saber si funcionaría en pantalla la desincronización de la protagonista. Juanjo hizo hincapié en los distintos factores que influyen en la escritura del guión si, además, se desarrollan otras labores en dirección y producción, porque en esos casos “piensas también desde un punto de vista economicista y de costes, y si solo escribes a veces no piensas en ello.”
A continuación, tomaron el testigo los creadores de las historias que aspiran al premio de mejor guión adaptado, Cristina Campos (Pan de limón con semillas de amapola), Júlia de Paz Solvas y Núria Dunjó López (Ama).
Cristina Campos explicó que en base a su experiencia ser guionista y no director resulta muy complicado para levantar proyectos. “No es una buena fórmula, es muy difícil, al no dirigir yo todo se complicaba. Es doloroso ver que los guiones no llegan a convertirse en imágenes.”
Respecto al proceso de escritura del guión puso de relieve la enorme labor que conlleva la escritura. “Escribí la novela en un año y el guión en un año y medio o dos. Tienes que pasar de 400 a 120 páginas como mucho. El proceso de escritura de una novela es agradecido porque es totalmente libre, pero en un guión hay muchos opinando sobre todo tu trabajo” – manifestó.
Para Nuria Dunjó y Júlia de Paz Solvas, nominadas por AMA, “Partíamos de un corto que hicimos nosotras mismas y es un proceso distinto a una adaptación literaria. Además, aseguraron que en su trabajo “hasta que una escaleta no esté bien no pasará al guión. No obstante, pasamos mucho tiempo investigando y empapándonos de historias. La escritura del guión de AMA arranca con un proceso muy amplio de investigación y entrevistas a educadoras sociales, psicólogas, mujeres que se arrepentían de ser madres y personas que habían vivido el abandono”, cuentan.
Una de las conclusiones de la jornada fue, según la moderadora y guionista Marta González de Vega, que “el guión es la partitura de una gran obra, que necesita de un buen equipo, pero sin la cual no se puede llevar a cabo.”
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